lunes, 5 de marzo de 2012

Como todos los viernes, juan esperaba con su mochila a su madre a la salida del colegio, era el único dia de la semana que en vez de volver en autobus a casa ella venía a buscarle. Cuando llegó le pidió la merienda, se montó en el coche y después de poner en la radio la música que a el le gustaba arrancaron y se dirigieron a hacer la compra semanal al supermercado. Juan tenía ocho años y era un niño alto con pecas en la cara y bastante extrovertido, le gustaba aprender en el colegio y vivía junto a sus padres y su hermana Maria en un barrio en el extraradio de Madrid. Al llegar al super cogió el carro y se adentraron a hacer la compra, eran las cinco y media de la tarde, empezaron por el pasillo de las frutas, alli compraron un melon y dos kilos de naranjas, siguieron y llegaron al pasillo de los lácteos, alli compraron yogures y leche además de mantequilla y alguna cosa más, siguieron y se dirigieron hacia la pescaderia, cogieron el número y vieron que tendrian que esperar para ser atendidos un buen ratito, ellos tenian el 45 y estaban atendiendo al 28. Entonces Yolanda que asi era como se llamaba la madre de Juan le dijo: " Juan, vete a comprar el aceite, dos botellas de oliva virgen de la marca de siempre", mientras tu compras eso yo esperaré aqui y asi ganamos tiempo. Vale ,contestó el, no era la primera vez que hacían eso de ganar tiempo en el super, mientras daba los últimos mordiscos al bocata desapareció de la vista de su madre y se dirigió donde estaban los aceites, al llegar alli se fijó en las marcas hasta que sus ojos vieron el que ellos solian gastar, cuando se disponia a coger las botellas un sonido le llamó la atención, el estaba solo en el pasillo pero seguía escuchando unas voces, al prestar atención comprendió lo que decían, era lo siguiente : " psssh, psssh, estoy aqui, ven, ayudame" Juan se puso tenso, no era algo normal lo que estaba ocurriendo, después de estar unos segundos paralizado por lo anormal de la situación y al mover una botella de aceite de la estanteria pudo ver un ser de color rojo y con una orejas muy grandes , estaba escondido, era un hombrecillo que apenas media quince centimetros su color rojizo y sus orejas puntiagudas asustaban , Juan volvió a poner la botella en su lugar dió un paso atras y corriendo se dirigió a la pescaderia , su madre aún estaba esperando su turno y cuando llegó fatigado y sin las botellas esta le dijo : "¿Que pasa Juan?, ¿Donde esta el aceite?, El se quedó pensando, podia contestarle con la verdad pero sabía que no le creería , entonces decidió contestarle que no habia encontrado el pasillo, ella con un tono de impaciencia le respondió que espabilara porque se hacia tarde y que fuera alli y que hasta que no lo encontrara no volviera . Pensó en alguna excusa por el miedo que tenía pero por otra parte su curiosidad era muy grande, se dió media vuelta y volvió a dirigirse a aquella zona , el pasillo era de unos treinta metros de largo por unos cuatro de ancho, tenía tres alturas donde se exponían todo tipo de aceites, el que tenía que comprar estaba en la zona central y en la segunta balda, en ese momento no habia nadie, con pasos cortos poco a poco iba avanzando, de repente y detrás suyo una mano le tocó en la espalda, giró su cabeza y vió a una señora que le preguntaba: "¿Hola niño, estas solito? , un escalofrio le recorrió el cuerpo y balbuceando le contestó que no, que estaba con su madre con su padre y con sus tres tios, la señora sonrió y el pudo ver que le faltaban los dientes delanteros, que sus manos eran pequeñas y llenas de callos y que su mirada era una mirada innoble, la imagen de aquella mujer era tenebrosa, le entraron unas ganas terribles de gritar pero en ese momento y por el otro lado del pasillo se acercó un matrimonio y un señor con un carro lleno de comida y para cuando el se pudo dar cuenta la señora malvada habia desaparecido. Su corazón palpitaba a ritmo muy alto, se intentó tranquilizar, después de un par de minutos y ya mas tranquilo volvió la vista al estante, al asir la botella volvió a encontrarse con ese ser diminuto y orejudo , seguia alli, este le dijo,¿ has visto a la bruja del supermercado?, me tiene secuestrado aqui , tengo que salir, ayudame, durante un minuto Juan se quedo pensativo y después abrió su mochila e introdujo en ella al rehen. Con la cara bastante desencajada volvió a la pescaderia, Yolanda estaba terminando la compra de unos salmonetes y cuando lo vió le dijo que ya era hora, siguieron haciendo la compra y cuando salieron cargaron el coche con sus bolsas y por fin se marcharon rumbo a casa. Ya eran las siete y media, Juan ayudó a su madre con las bolsas y después ella le dijo que se fuera a jugar a su habitación mientras ella empezaba a preparar la cena. Cerró la puerta y abrió la mochila, medio mareado aquel pequeño ser tosió un par de veces y después cojió una bocanada de aire fresco y le dijo: por poco, si estoy metido aqui cinco minutos mas me ahogo, Juan le miraba con unos ojos incredulos , era una situación totalmente irreal, el hombrecillo le dijo que se llamaba raul : "Gracias por sacarme de esa cárcel, solo te pediré una cosa mas, traeme un vaso con agua y con azucar, Juan fué a la cocina y mientras veia como su madre preparaba los salmonetes el se sirvió un vaso de agua y cogió a escondidas el azucarero, volvió a su habitación y vió que raul tenia una sonrisa en su pequeña carita, le ofreció la bebida y el se la tomó , de repente raul se transformó en un niño como el, un niño de tamaño normal, un niño moreno con unos ojos claros, Juan estaba alucinado, paralizado, la puerta de la casa se abrió y Maria y su padre entraron en casa, mientras se quitaban las ropas de abrigo dijeron" Buenas noches, ya estamos aqui" , las prisas se apoderaron de Juan, le habia ocurrido algo increible y queria que fuera su secreto, le dijo a raul que nadie tenia que enterarse de su existencia, el lo comprendió y le prometió que le contaría algun dia como fué secuestrado por la malvada bruja del supermercado, decidieron que mientras la familia cenaba, el se marcharia de la casa . Dos semanas mas tarde, Raul fué a buscar a Juan al colegio, estuvieron charlando un rato y quedaron para ir a jugar a baloncesto al parque, alli el le contó todo a detalle, a partir de entonces se hicieron grandes amigos y hoy en dia después de quince años son uña y carne.

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