martes, 11 de diciembre de 2012

Los días del mes de diciembre tienen algo especial, así lo piensa Jesus siempre que esta al borde de llegar a dichas fechas, se intuyen las navidades, su cumpleaños es el l3 de diciembre, el sorteo de la loteria en el que todos van a tapar agujeros crea una ilusión terrible, los amigos , los conocidos, los enemigos, todos parecen desearte lo mejor, si nieva en esa ciudad costera en la que jesus vive ya es un todo, que bonita estampa una playa con nieve. Se levantó a buena hora para ser domingo, tras leer el periódico y desayunar un café recien hecho con un pastel de manzana se vistió de forma informal, quería dar un paseo por la playa que desde el verano tenia olvidada. Hacía frío así que se puso una bufanda roja, un gorro de lana y unos guantes viejos a los que tenía mucho cariño. Poco a poco en el trayecto de su casa hacia el mar fué viendo como despertaba la ciudad, al acercarse,más y más gente iba apareciendo en su recorrido, tras media hora de andar por fín llegó, sudaba, se apoyó en la barandilla y durante cinco minutos estuvo observando como las olas morían en la arena. Un niño manejaba una cometa, una cuadrilla de adolescentes jugaba al fútbol, dos puntos lejanos en el agua hacían intuir que algunos valientes se estaban bañando, una pareja paseaba agarrada de la mano con los pies descalzos mientras el frío del agua refrescaba sus tobillos. Esa visión a el le relajaba, le abría la mente, era como un masaje terapeútico de unguentos medicinales y dados con una destreza total pero todo en su mente, le sacaba de sus preocupaciones diarias, de sus simas, de esa rutina mortal que como un cancer había metastasiado su ser. Decidió bajar la rampa de acceso a la playa, se descalzó y quitó los calcetines, los metió en las zapatillas, el suelo estaba frío, al llegar a la arena, esta se empezó a meter entre sus dedos y mientras se dirijía hacia el agua se fué mojando hasta que al borde del mar una ola no dejó ni un grano . Se sentía libre como un niño, dos pasos adelante y tres atras , jugaba con el agua salada intentando esquivarla , así ola tras ola , el niño de la cometa ya no estaba, dos hombres salían del agua a gran velocidad, la pareja se intuía a lo lejos y los adolescentes seguían intentando meter goles. Escuchó unas voces, miro a su alrededor y no había nadie, la persona mas cercana estaba a mas de trescientos metros, era lo que le faltaba, escuchar lo que no existe, volvió a escucharlas, esta vez se sintió tenso como cuando un perro busca su presa tras un tiro de escopeta de su amo, no sabía que estaba pasando pero las voces eran reales, alguien estaba gritando y pidiendole auxilio. Por fín se dió cuenta, la cabeza de un niño salía y entraba en el agua, se asustó, quedó inmovil durante unos segundos y decidió ir en su ayuda, se quitó los guantes, la bufanda y el gorro y corrió hacia donde el, el agua primero mojó sus piernas, después su tripa, hasta que por fin se sumergió, en ese momento la temperatura era igual al miedo, no existía, tras unas brazadas nerviosas y rápidas por fín consiguió agarrar el brazo del niño, estaba sumergido asi que lo reflotó y poco a poco fué acercándolo a la orilla. En la orilla lo tumbó, le hizo el boca a boca y el niño empezó a vomitar agua que habia tragado, tras toser, fué naciendo otra vez, para entonces la gente se había arremolinado, una mujer traía una toalla, un señor canoso hablaba por tfno,a lolejos se escuchaba la sirena de una ambulancia que poco a poco se iba acercando. El se tumbó en la arena todo lo grande que era y se quedó mirando al cielo, sus músculos se relajaron, el murmullo cercano era la sintonía, tras dejar de jadear las pulsaciones empezaron a bajar, una voz le preguntó que tal estaba, el contestó que con frío pero que bien, la ambulancia llegó y se llevaron al niño , toda su ropa mojada excepto sus zapatos,su gorro , los guantes y la bufanda. Un hombre se ofreció para llevarle a casa, tras llegar a ella y tras veinte minutos debajo de un chorro de agua a 35 grados, empezó a sentirse mejor, se cambió y ya con el calor corporal perfecto empezó a vestirse porque tenía una comida con los amigos en un restaurante. Tras los entremeses, alguien comentó que había habido un rescate en la playa de un niño pequeño que había estado a punto de ahogarse, Jesús escuchó la historia y como todos se felicito de ello.

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